La relación precio/beneficio (PER o P/E ratio en inglés) es el ratio de valoración de una empresa que mide el precio actual de sus acciones en relación con sus beneficios por acción. La relación precio-beneficio también puede ser conocida como “múltiplo del precio” o “múltiplo de las ganancias”.
La relación P/E se puede calcular como: valor de mercado por acción/beneficio por acción.
Desglose de la relación precio-beneficio
En esencia, la relación precio-beneficio indica la cantidad en dólares que un inversionista puede esperar invertir en una compañía para recibir un dólar de las ganancias de esa compañía. Esta es la razón por la que a veces se hace referencia a la relación precio-beneficio como el múltiplo del precio, ya que ayuda a tomar decisiones sobre cuánto están dispuestos a pagar los inversores por cada dólar de ganancias. Si una compañía está operando actualmente a un múltiplo (P/E) de 15, la interpretación es que un inversionista está dispuesto a pagar 15 $ por 1 $ de las ganancias actuales.
Para calcular la relación precio-beneficio, se debe conocer primero el beneficio por acción, o BPA. El BPA se deriva con mayor frecuencia de la información financiera de los últimos cuatro trimestres. Esta forma de la relación precio/beneficio se denomina P/E al final del período, que puede calcularse restando el valor de las acciones de una empresa al comienzo del período de 12 meses de su valor al final del período. <Se debe ajustar el valor por desdoblamientos de acciones si fuera el caso.
En ocasiones, los precios y ganancias también pueden ser tomados de las estimaciones de los analistas de las ganancias esperadas para los cuatro trimestres próximos. Esta forma de ganancia de precios se llama un P/E proyectado o P/E a futuro. Una tercera variación, menos común que esta, es la que emplea la suma de los dos últimos trimestres reales y las estimaciones de los dos trimestres siguientes. La elección de estas alternativas depende del criterio de los analistas en relación con las características actuales de la empresa.
Perspectivas para los inversores a partir de la relación precio-beneficio
De manera general, conseguir un P/E alto en una empresa sugiere que los inversores esperan un mayor crecimiento de los beneficios en el futuro en comparación con las empresas con un P/E más bajo del mismo rubro. Por otra parte, un P/E bajo puede indicar tanto que una empresa puede estar actualmente infravalorada como también indicar que la empresa lo está haciendo excepcionalmente bien en relación con sus tendencias pasadas. Cuando una empresa no tiene ganancias o está contabilizando pérdidas, en ambos casos la relación precio-beneficio se expresará como «N/A». No es lo común expresar un P/E negativo, sino indicar que el resultado no aplica.
Obtener estándares del mercado
Este valor de precio-beneficio puede ser utilizado para estandarizar el valor de un dólar de ganancia en el mercado de valores. Esto supondría tomar un promedio de las relaciones precio-beneficio por un periodo de varios años, y con ello formular algo similar a una relación precio-beneficio estandarizada. Dicho estándar podría considerarse como un punto de referencia que indique si vale la pena comprar una acción o es mejor no hacerlo.
Limitaciones de la relación precio-beneficio
Es importante reconocer que ninguna métrica financiera nos puede proporcionar una visión completa ante las decisiones de inversión. Así como otras métricas, la relación precio-beneficio también tiene limitaciones que deben ser tomadas en cuenta.
Una de las principales limitaciones del uso de las relaciones P/E se da al comparar las relaciones P/E de empresas distintas. Las valoraciones y las tasas de crecimiento de las empresas pueden variar mucho de un sector a otro debido tanto a las diferentes formas en que las empresas ganan dinero como a los diferentes plazos durante los cuales las empresas ganan ese dinero. Como tal, sólo se debe utilizar el P/E como herramienta comparativa cuando se consideran empresas del mismo sector, ya que este tipo de comparación es el único que permite obtener una visión productiva.
Por otro lado, las comparaciones pueden ser necesarias cuando se realizan entre empresas del mismo sector. La validez de la relación precio-beneficio como buen indicador incrementa al poder compararse con otras, pues de esta manera se puede observar si un resultado determinado corresponde a una situación común del mercado.
Además, dado que la deuda de una empresa puede afectar tanto a los precios de las acciones como a los beneficios de la empresa, el apalancamiento también puede sesgar los ratios de rentabilidad. Si pensamos en la comparación de dos empresas que tienen diferentes cantidades de deudas, aquella empresa que tenga una deuda más grande tendrá una relación precio-beneficio menor en ese momento, si se compara con la segunda. Sin embargo, la primera podría tener un mejor crecimiento y ofrecer mejores rendimientos a la larga, por haber asumido riesgos de forma acertada.
Otra limitación importante de las relaciones precio-beneficio es la que se encuentra dentro de la fórmula para calcular el P/E en sí mismo. Las presentaciones precisas e imparciales de los ratios de relación precio-beneficio se basan en datos precisos sobre el valor de mercado de las acciones y en estimaciones precisas de las ganancias por acción. Mientras que el mercado determina el valor de las acciones y, como tal, la información está disponible a partir de una amplia variedad de fuentes fiables, esto es menos cierto en el caso de los beneficios, que a menudo son comunicados por las propias empresas y, por lo tanto, se manipulan con mayor facilidad. En otras palabras, puesto que las ganancias son un insumo importante en el cálculo del PER, el ajuste de las mismas puede afectar también su resultado.