Una correlación positiva ocurre cuando dos variables se mueven en la misma dirección. Uno de los mejores ejemplos que hay en la naturaleza para entender este concepto es la correlación positiva entre la altura y el peso: cuando más alta es una persona, más peso suele tener. Hay otros casos en los que las variables son independientes entre sí, y son influenciadas por una tercera variable.
En el área de la economía ocurren muchos casos de correlación positiva. Un ejemplo por excelencia en la microeconomía es que la demanda y el precio están correlacionados positivamente. Un ejemplo en la macroeconomía, es que existe una correlación positiva entre el gasto del consumidor y el producto interno bruto (PIB).
Correlación positiva en la microeconomía
La microeconomía se encarga de analizar a consumidores y empresas individuales. En este campo, se presentan muchos casos de correlación positiva entre variables. Uno de los más comunes es el ejemplo anteriormente mencionado: la relación entre demanda y precio.
Este es uno de los primeros conceptos que se aprenden al estudiar microeconomía y estadística: la ley de la oferta y la demanda y la influencia que tiene esto en el precio. La curva de la oferta y la demanda muestra que cuando la demanda aumenta sin un aumento concomitante de la oferta, se produce un aumento correspondiente del precio. Del mismo modo, cuando la demanda de un bien o servicio disminuye, su precio también disminuye.
La relación entre demanda y precio es un ejemplo de causalidad y de correlación positiva. Un aumento de la demanda provoca el correspondiente aumento del precio. En palabras más precisas, el precio de un bien o servicio aumenta precisamente porque más consumidores lo quieren y, por lo tanto, están dispuestos a pagar más por él. Cuando la demanda disminuye, eso significa que menos gente quiere un producto y los vendedores deben bajar su precio para atraer a la gente a adquirirlo.
Con este mismo tema, podemos explicar la correlación negativa, que se presenta entre la oferta y el precio. Si la oferta disminuye sin que la demanda disminuya, los precios aumentan. Esto ocurre porque el mismo volumen de consumidores debe competir por un número reducido de productos, por lo que su valor incrementa para el mercado.
Correlación positiva en la macroeconomía
La macroeconomía, por su lado, es el estudio de las economías en conjunto. En este campo también encontramos abundantes casos de correlaciones positivas. Como se mencionó anteriormente, el gasto de los consumidores y el PIB son dos métricas que mantienen una relación positiva entre sí. Cuando el gasto aumenta, el PIB también aumenta a medida que las empresas producen más bienes y servicios para satisfacer la demanda de los consumidores. Por el contrario, las empresas frenan la producción en medio de una ralentización del gasto de los consumidores para alinear los costes de producción con los ingresos y limitar o prevenir el exceso de oferta.
El gasto de los consumidores y el PIB son ejemplos de variables positivamente correlacionadas porque el movimiento de una variable provoca el movimiento de la otra en la misma dirección. En este caso, el gasto de consumo del mercado es la variable que afecta el cambio en el PIB. Las empresas deben los niveles de producción en función de la demanda, y ésta se mide en función del gasto de los consumidores. A medida que el nivel de gasto de los consumidores sube y baja, los niveles de producción se esfuerzan por igualar el cambio en la demanda. Como ambas variables se mueven en la misma dirección, resulta en una relación positiva entre ellas.