Los contratos de futuros son contratos financieros que obligan al comprador a adquirir un activo o al vendedor a venderlo, a modo de materia prima física o un instrumento financiero, en una fecha y un precio futuro predeterminados.
Los contratos de futuros detallan la calidad y cantidad del activo subyacente. Además, están estandarizados para facilitar la negociación en una bolsa de futuros. Otra característica resaltable es que algunos contratos de futuros pueden requerir la entrega física del activo, mientras que otros se liquidan en efectivo.
¿De qué tratan los contratos de futuros?
Los mercados de futuros se caracterizan por la capacidad de utilizar un apalancamiento muy alto en relación con los mercados de valores. Los futuros pueden utilizarse para cubrir o especular acerca del movimiento del precio del activo subyacente. Por ejemplo, un productor de rubros agrícolas podría usar futuros para fijar un precio determinado y así reducir el riesgo ante un descenso del valor.
El concepto puede parecerse al de las opciones, pero la diferencia principal es que las opciones le otorgan al tenedor el derecho de comprar o vender el activo subyacente al vencimiento, mientras que el tenedor de un contrato de futuros está obligado a cumplir con los términos de su contrato.
En la aplicación real de los futuros, la tasa real de entrega de los bienes subyacentes especificados en estos contratos es muy baja. Esto ocurre porque los beneficios especulativos o de cobertura de los contratos pueden obtenerse en gran medida sin tener que mantener el contrato hasta su vencimiento y entregar el bien. Es decir, que un tenedor de un contrato de futuros en posición larga, puede ir en corto con el mismo contrato para compensar. Esto funciona para salir de la posición, al igual que la venta de una acción en los mercados de valores cierra una operación.
Especulación de futuros
Los contratos de futuros se utilizan para gestionar los movimientos potenciales de los precios de los activos subyacentes. Pueden funcionar tanto si se espera un aumento del activo subyacente como si se espera que su valor caiga.
Si los participantes del mercado anticipan un aumento en el precio de un activo subyacente en el futuro, podrían potencialmente ganar comprando el activo en un contrato de futuros y vendiéndolo más tarde a un precio más alto en el mercado al contado, o también beneficiarse de la diferencia de precio favorable a través de la liquidación en efectivo. Sin embargo, los participantes que estimen un aumento también pueden perder si el precio del activo resulta ser inferior al precio de compra especificado en el contrato de futuros.
Por el contrario, si el pronóstico de los participantes es que el precio de un activo subyacente caiga, algunos pueden vender el activo en un contrato de futuros y comprarlo nuevamente a un precio más bajo.
Cobertura de futuros
El propósito de la cobertura no es ganar con movimientos de precios favorables. Esta estrategia funciona para evitar pérdidas por cambios de precios potencialmente desfavorables, manteniendo un resultado financiero predeterminado según que permita la valoración del mercado actual.
Cuando hay una ganancia del contrato de futuros, siempre hay una pérdida del mercado al contado, y también al contrario. Con tal ganancia y pérdida compensándose entre sí, la cobertura se bloquea efectivamente en el precio de mercado actual y aceptable.