¿Cómo funciona el mercado de valores?

Conocer cómo funciona realmente el mercado de valores es un buen comienzo para quienes sientan curiosidad e interés en la inversión en este mercado, pero sientan temor ante la idea. Aquellos que no cuentan con gran experiencia en la inversión de acciones pueden sentirse atemorizadas por los relatos de inversionistas que pierden montones de dinero. Estas pérdidas han ocurrido, por ejemplo, en los mercados bajistas de este mismo milenio. Así también, los consejos o “secretos” que prometen enormes recompensas y que al final no valen la pena también han producido pérdidas a algunos inversionistas iniciados.

Indagar más a fondo sobre el funcionamiento del mercado de valores es una gran ventaja. Sin embargo, lo cierto es que la inversión en el mercado de valores conlleva riesgos. La mejor medida para salir favorecidos de estas inversiones, es abordar el mercado de manera disciplinada.

Así también, es sustancial que cambiemos nuestra mentalidad de riqueza y ahorro tradicional, para poder aumentar el patrimonio de una forma eficiente. Para una persona, la mayor parte de su patrimonio neto suele ser el valor de su vivienda. Pero en el caso de las personas ricas, la mayor parte de esta riqueza se encuentra invertida en acciones, no en propiedades ni en dinero líquido almacenado en una cuenta bancaria.

Para entender la mecánica del mercado de valores, comencemos por profundizar en la definición de una acción y sus diferentes tipos.

¿Qué es una acción?

Una acción es un instrumento financiero que representa propiedad parcial de una empresa o corporación. Es importante porque representa una reclamación proporcional sobre sus activos (lo que la empresa posee) y las ganancias (lo que genera en ganancias su actividad comercial).

La propiedad de acciones implica que el accionista posee una porción de la compañía igual al número de acciones que tiene, en proporción a las acciones en circulación totales que componen la compañía. Esto se puede entender mejor con el siguiente ejemplo:

Un accionista posee 20.000 acciones en una compañía que tiene 2.000.000 de acciones en circulación. Si observamos la proporción de 20.000 en 2.000.000, veremos que este accionista tiene una participación de 1%. Cabe destacar que las grandes compañías cuentan con millones, e incluso billones de acciones en circulación.

Tipos de acciones

Existen 2 tipos principales de acciones: las comunes y las preferentes. Cuando se habla solo de acciones, se refiere a las acciones comunes.

Hay una diferencia principal entre ambos tipos de acciones. Las acciones comunes normalmente implican derechos de voto. Es decir, que el accionista común tendría voz y voto en las reuniones corporativas, para cuestiones como la elección al consejo de administración y el nombramiento de auditores. Por otro lado, las acciones preferentes generalmente no tienen derecho de voto.

No obstante, las acciones preferentes tienen una ventaja sobre las comunes. Como su nombre lo indica, tienen preferencia sobre las comunes para recibir dividendos y activos en caso de liquidación.

No todas las acciones comunes tienen igual peso de voto

Las acciones ordinarias pueden clasificarse aún más en términos de sus derechos de voto. La premisa básica dicta que las acciones comunes deben tener los mismos derechos de voto. Pero algunas empresas tienen clases de acciones que duplican o multiplican el derecho al voto, de acuerdo con su clase.

Por ejemplo, en la siguiente estructura dual, las acciones de Clase A pueden tener 10 votos por acción, en contraste con las acciones de Clase B, que solo tienen un voto por acción. Esta última clase también es llamada “clase de voto subordinado”.

Salvaguardando intereses

La razón de ser de estas distinciones de clases es que protege a los fundadores de la empresa de tener mayor peso en las decisiones de sus fortunas y las estrategias de la compañía, aun cuando se unan más socios con capacidad de voto, con la compra de acciones comunes.

¿Por qué una compañía emite acciones?

Muchos de los gigantes corporativos que conocemos en la actualidad comenzaron como proyectos pequeños y de presupuestos modestos. Ejemplos de estas situaciones sobran en el caso de los emprendimientos visionarios y tecnológicos que culminaron en exitosas compañías de computación (Microsoft, Apple), redes sociales (Facebook) y famosos sitios web Marketplace.

Estas grandes compañías gozaron de un éxito y un crecimiento sumamente rápido. Este crecimiento tan acelerado requiere de una gran cantidad de capital para poder financiarse. Los gastos de arrendamiento, logística, talento humano, equipos y materiales, publicidad y ventas deben ser cubiertos para crecer.

Una startup puede obtener ese capital ya sea vendiendo acciones (financiación de capital) o pidiendo dinero prestado (financiación de deuda). Esta segunda opción puede ser difícil de obtener para muchas iniciativas, porque para acceder a préstamos financieros normalmente se necesitan activos tangibles, Además, se encuentra el compromiso de pago de intereses y de cuotas en tiempos específicos, suponiendo una carga financiera en las críticas primeras etapas de la empresa.  Por lo tanto, la financiación de capital es la ruta preferida para la mayoría de las nuevas empresas que necesitan capital.

De firma privada a cotizar en la bolsa

El empresario puede inicialmente obtener fondos de ahorros personales, así como de amigos y familiares, para que el negocio despegue. A medida que el negocio se expande y los requisitos de capital se vuelven más sustanciales, el empresario puede recurrir a otras fuentes para obtener financiamiento. Por ejemplo, acudiendo a inversores ángeles y empresas de capital de riesgo.

Una vez que la empresa se establece, puede requerir acceso a cantidades de capital mucho mayores. Esto lo puede conseguir mediante la venta de acciones al público a través de una oferta pública inicial (OPI). Este paso cambia el estado de la compañía de una firma privada, cuyas acciones son mantenidas por unos pocos accionistas, a una compañía que cotiza en bolsa, cuyas acciones serán mantenidas por numerosos miembros del público en general. La OPI también ofrece a los primeros inversores en la empresa la oportunidad de retirar parte de su participación, a menudo obteniendo recompensas muy atractivas en el proceso.

¿Cuánto cuesta una acción?

El valor de las acciones del mercado es muy variable. Una vez que las acciones de la compañía se cotizan en una bolsa de valores y comienza a negociarse, el precio de estas acciones fluctuará a medida que los inversores y comerciantes evalúen y vuelvan a evaluar su valor intrínseco.

Existen muchos índices y métricas diferentes que se pueden usar para valorar las acciones, de las cuales la medida más popular es probablemente la relación Precio/Ganancias. El análisis de stock también tiende a caer en uno de dos campos: análisis fundamental o análisis técnico.

¿Por qué fluctúan los precios de las acciones?

El mercado general está formado por millones de inversores y comerciantes, que pueden tener ideas diferentes sobre el valor de una acción específica. Por ende, también varía el precio al que están dispuestos a comprar o vender dicha acción.

Cuando estos inversionistas y comerciantes interactúan en el mercado, se producen miles de transacciones de compra y venta de acciones. Esto causa que existan cambios a cada momento, incluso obteniendo oscilaciones durante un mismo día. Una bolsa de valores proporciona una plataforma en la que este tipo de negociación se puede realizar fácilmente, haciendo coincidir los compradores y vendedores de acciones.

Leyes de oferta y demanda

En el mercado de valores también hacen una aparición notable las leyes de oferta y demanda. Para cada transacción de acciones, debe haber un comprador y un vendedor. Si hay más compradores para un stock específico que vendedores, el precio del stock subirá. A la inversa, si hay más vendedores de acciones que compradores, el precio bajará.

El margen de oferta y demanda establece la diferencia entre el precio más alto que un comprador está dispuesto a pagar por una acción, y el precio bajo en que un vendedor está ofreciendo las acciones.

La transacción comercial ocurre cuando un comprador acepta el precio de venta o un vendedor toma el precio de oferta. Si los compradores superan a los vendedores, pueden estar dispuestos a elevar sus ofertas para adquirir las acciones. Por lo tanto, los vendedores pedirán precios más altos, lo que aumentará su precio.

En caso contrario, si los vendedores superan en número a los compradores, es posible que estén dispuestos a aceptar ofertas más bajas por las acciones. Los compradores también reducirán sus ofertas, lo que forzosamente baja el precio.

Open Outcry vs. Sistemas de Trading Computarizados

Anteriormente, el intercambio de acciones entre compradores y vendedores se hacía manualmente. Hoy en día, cada vez más transacciones se realizan a través de sistemas de comercio computarizados.

El método manual de negociación se basaba en un sistema conocido como «protesta abierta». En este sistema, los comerciantes utilizaban comunicaciones verbales y de mano para comprar y vender grandes bloques de acciones en el lugar de negociación.

El sistema de protesta abierta ha sido reemplazado por los sistemas de comercio electrónico en la mayoría de los intercambios. Estos sistemas pueden igualar a los compradores y vendedores de manera mucho más eficiente y rápida que los humanos, lo que genera importantes beneficios, como menores costos y una ejecución comercial más rápida.

¿Por qué invertir en acciones?

Numerosos estudios han demostrado que las acciones generan rendimientos de inversión superiores a los de todas las demás clases de activos, durante largos períodos de tiempo. Los rendimientos de las acciones surgen de las ganancias de capital y dividendos. Para tenerlo claro:

  • Una ganancia de capital ocurre cuando el accionista vende una acción a un precio más alto que el precio al que la compró.
  • Un dividendo es la parte del beneficio que una empresa distribuye a sus accionistas. Los dividendos son un componente importante de la rentabilidad de las acciones.

Por supuesto, cualquiera sentiría atractivo por comprar acciones de una empresa que esté comenzando, que termine siendo similar a un miembro del famoso quinteto FAANG (Facebook-Apple-Amazon-Netflix-Google). Pero siendo realistas, estas posibilidades son muy bajas.

El inversor que quiere apostar por ganancias de este tipo debe estar dispuesto a riesgos, y a invertir en acciones que posiblemente generen más acciones como retornos que gracias a dividendos. Por otro lado, los inversores que son más conservadores pueden optar por acciones que tienen un largo historial de pago de dividendos sustanciales.

Clasificación de las acciones

Las acciones se pueden clasificar de varias maneras. De hecho, anteriormente hemos hablado de las acciones comunes y preferenciales. Además de esta clasificación, existen otras dos clasificaciones muy comunes: por capitalización de mercado y por sector.

Clasificación por capitalización de mercado

La capitalización de mercado se refiere al valor de mercado total de las acciones en circulación de una compañía. Se calcula multiplicando estas acciones por el precio de mercado actual de una acción. Tanto la definición como la clasificación pueden variar un poco, pero por lo general se dividen de la siguiente manera:

  • Empresas de gran capitalización. Aquellas con una capitalización de mercado de 10 mil millones de dólares o más.
  • Empresas de mediana capitalización. Aquellas con una capitalización de mercado de entre 2 mil millones y 10 mil millones de dólares.
  • Empresas de pequeña capitalización. Aquellas cuya capitalización está entre 300 millones y 2 mil millones de dólares.

Clasificación por sector

El estándar de la industria para la clasificación de acciones por sector es el Estándar de Clasificación Global de la Industria (GICS, por sus siglas en inglés). Dicho estándar fue desarrollado por los índices MSCI y S&P Dow Jones en 1999 como una herramienta eficiente para capturar la amplitud, profundidad y evolución de los sectores industriales.

El GICS es un sistema de clasificación industrial de cuatro niveles que consta de 11 sectores y 24 grupos industriales. Los 11 sectores son:

  • Energía
  • Materiales
  • Acciones industriales
  • Consumidor discrecional
  • Productos básicos de consumo
  • Cuidado de la salud
  • Finanzas
  • Tecnologías de la información
  • Servicios de comunicación
  • Utilidades
  • Bienes raíces

¿Qué utilidad ofrece la clasificación por sector?

La utilidad de la clasificación sectorial está dada por la facilidad de decisión del inversionista dependiendo de su tolerancia al riesgo y sus preferencias de inversión. Así, los inversionistas más conservadores que tienen necesidades de ingresos específicas pueden preferir sectores con acciones estables y dividendos atractivos, como productos de la cesta básica, servicios médicos y servicios públicos. Por otro lado, los inversionistas más atrevidos pueden tener preferencias por sectores más dinámicos y cambiantes, como los ámbitos tecnológicos y financieros.

Lo que hay que saber del listado de la Bolsa de Valores

Anteriormente, el objetivo de un empresario era que su compañía cotizara en una bolsa de valores de renombre, como la Bolsa de Nueva York (NYSE) o Nasdaq. Esto por las ventajas que ello ofrece, como las siguientes:

  • Tener liquidez disponible para las acciones que están en poder de los accionistas.
  • Permitir a la compañía recaudar fondos adicionales con la emisión de más acciones.
  • Tener acciones que cotizan en bolsa facilita la configuración de los planes sobre acciones para atraer empleados talentosos.
  • Las compañías listadas tienen mayor visibilidad en el mercado.
  • La cobertura de los analistas y la demanda de los inversores institucionales pueden aumentar el precio de la acción.
  • Las acciones cotizadas pueden ser utilizadas como moneda por la compañía para realizar adquisiciones parciales o totales.

Sin embargo, para algunos empresarios esto ya no es prioritario o necesario. Este cambio en los objetivos ocurre porque hay algunos inconvenientes de ser listados en una bolsa de valores, tales como:

  • Costos significativos asociados con la cotización en un intercambio, como tarifas de listado y costos más altos asociados con el cumplimiento y la presentación de informes.
  • Regulaciones onerosas, que pueden restringir la capacidad de una empresa para hacer negocios.
  • El enfoque a corto plazo de la mayoría de los inversores, que obliga a las empresas a tratar de superar sus estimaciones de ganancias trimestrales en lugar de adoptar un enfoque a largo plazo para su estrategia corporativa.

¿Qué implica esto?

Muchas startups gigantes como Uber y Airbnb están optando por ser incluidas en la lista en un intercambio en una etapa mucho más tardía que las startups de hace una o dos décadas.

Este comportamiento puede atribuirse en parte a los inconvenientes enumerados anteriormente, pero la razón principal podría ser que las nuevas empresas bien administradas con una propuesta empresarial convincente tienen acceso a cantidades de capital sin precedentes. Por ejemplo, provenientes de fondos de riqueza soberana, capital privado y capital de riesgo. Este acceso a cantidades de capital aparentemente ilimitadas haría que una salida a bolsa y un listado de intercambio sea un tema menos importante para una startup.

Por razones desconocidas, el número de empresas que cotizan en bolsa en los Estados Unidos también se está reduciendo. En 1996 se listaban 8.090, cifra que se redujo drásticamente a solo 4.336 en el 2017, según un artículo del Financial Times que cita datos del Banco Mundial.

Índices bursátiles

Un índice de mercado es una medida popular del rendimiento del mercado de valores. La mayoría de los índices de mercado están ponderados por capitalización de mercado. Esto significa que el peso de cada componente del índice es proporcional a su capitalización de mercado, aunque algunos como el Promedio Industrial Dow Jones (DJIA) están ponderados por precios. Además de este, existen otros índices internacionales reconocidos, entre los que se mencionan:

  • S&P 500
  • Nasdaq compuesto
  • Índices de Russell (Russell 1000, Russell 2000)
  • Compuesto TSX (Canadá)
  • Índice FTSE (Reino Unido)
  • Nikkei 225 (Japón)
  • Índice Dax (Alemania)
  • Índice CAC 40 (Francia)
  • Índice CSI 300 (China)
  • Sensex (India)

Hablemos de bolsas de valores de peso

Como dato curioso, las bolsas de valores han existido durante más de dos siglos. Por ejemplo, el origen de la bolsa de Nueva York (NYSE), el mercado de valores más grande del mundo en volumen de dinero y cantidad de empresas adscritas, se remonta a 1792. Nasdaq es la segunda bolsa más grande del mundo, basada en la capitalización de mercado total de todas las compañías que cotizan en la bolsa.

La siguiente tabla muestra las 15 bolsas más grandes a nivel mundial, según la capitalización de mercado de sus compañías cotizadas en totalidad.

 

Capitalización del mercado interno (millones de USD)
Bolsa Ubicación Capitalización del mercado.*
Bolsa de Nueva York EE.UU. 24.223.206,0
Nasdaq – EE.UU. EE.UU. 11.859.513,5
Japan Exchange Group Inc. Japón 6.180.043,0
Bolsa de Shanghai China 4.386.030,6
Euronext Europa 4.377.263,3
Grupo LSE Reino Unido 4.236.193,9
Hong Kong Exchanges and Clearing Hong Kong 4.111.111,7
Bolsa de Shenzhen China 2.691.604,5
Grupo TMX Canadá 2.288.165,4
Deutsche Boerse AG Alemania 2.108.114,4
BSE India Limited India 1.999.346,5
Bolsa de Valores Nacionales de la India Limitada India 1.973.824,0
Bolsa de Corea Corea del Sur 1.661.151,7
SIX Bolsa Suiza Suiza 1.598.381,5
Intercambios Nórdicos Nasdaq Nórdico / Báltico 1.516.445,6
Bolsa de Valores de Australia Australia 1.429.471,0
Bolsa de Taiwán Taiwán 1.084.507,3
Bolsa de Johannesburgo Sudáfrica 988.338,8
Bolsa Española BME España 808.321,4
BM & FBOVESPA SA Brasil 804.106,3
* a partir de septiembre de 2018

Fuente: Federación Mundial de Intercambios.

 

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